Sabemos lo importante que es la higiene para los niños pequeños y los bebés. En particular, los objetos como casetas, tetinas y biberones que entren en contacto directo con las mucosas del bebé deben desinfectarse periódicamente.
Hasta que el bebé tenga seis meses, es importante esterilizar el chupete al menos una vez al día y cada vez que se caiga al suelo en un ambiente sucio.
El riesgo que estos procesos de limpieza pueden eliminar se llama colonización oral por Candida, una plaga que puede afectar a niños muy pequeños cuyo sistema inmunológico aún no está en pleno funcionamiento, causando infecciones gastrointestinales y dolor abdominal.
Veamos cómo esterilizar un chupete utilizando el método de la abuela, esterilizadores especiales (fríos y calientes) y un horno de microondas.
1. Método de la abuela
Este es un método clásico de esterilización de gatitos, biberones y mordedores que se ha transmitido de madre a madre durante generaciones.
Bastará con una olla de agua, un trapo limpio y una estufa. Una vez que el agua esté hirviendo, debes sumergir los artículos en una olla con agua hirviendo durante al menos 5 minutos y secarlos bien con un paño una vez que los saques del agua.
Puede ser útil saber que con este proceso, el grado de esterilización está directamente relacionado con el tiempo de inmersión: cuanto más tiempo permanezcan los artículos en agua hirviendo, mayor será el grado de pureza.
Sin embargo, como ocurre con todos los métodos de esterilización denominados “en caliente”, hay que tener mucho cuidado con los materiales.
Algunos materiales liberan contaminantes a altas temperaturas: No en vano, muchos productos para niños llevan la etiqueta “libre de BPA” o “0% BPA”. Este material plástico, al calentarse, emite bisfenol A, elemento que puede ser peligroso para la salud de los niños.
Así que presta atención al origen y la composición de cada artículo que compras para tu hijo, ¡especialmente si tiene que guardarlo en la boca!
2. Esterilización en frío
También existe un método más moderno de esterilización en frío de chupetes y tetinas. La esterilización en este caso se realiza por inmersión en una solución química especial que se puede adquirir en farmacias.
Aunque la esterilización en frío tiene la gran ventaja de no dañar los materiales plásticos de los chupetes y biberones, no se debe subestimar su importancia: un detergente antibacteriano que elimina gérmenes y bacterias no deja de ser una sustancia química que se presenta en forma líquida o en tabletas.
Por ello, es una buena costumbre enjuagar muy bien todos los elementos que le damos al niño después del tratamiento, para que se eliminen todos los residuos del producto químico de la tetina.
Precisamente por razones de comodidad, la esterilización en frío ha demostrado ser muy exitosa: no se requiere electricidad para esterilizar objetos, lo que la hace ideal cuando se viaja y con opciones de comodidad limitadas.
En cualquier caso, los pediatras desaconsejan el uso prolongado y demasiado frecuente de estos productos, sugiriendo alternarlos con la buena esterilización a vapor con calor siempre que sea posible.
3. Esterilizador de calor
Muchos nuevos padres eligen un dispositivo especial: un esterilizador eléctrico.
Con esta herramienta, puede esterilizar con calor todos los artículos pequeños de uso diario de un niño en unos minutos. Simplemente colóquelos en cuadrículas especiales, a menudo divididas por el tamaño del objeto, cierre la máquina y encienda el temporizador.
La mayoría de los fabricantes de esterilizadores eléctricos especifican el tiempo necesario para una esterilización completa en 10 minutos.
Este método funciona con vapor y no tiene contraindicaciones. La única precaución importante es dejar que el chupete y el biberón se enfríen antes de que el niño los use.
Otro aspecto positivo del esterilizador es que con la tapa cerrada, los elementos colocados en su interior permanecen perfectamente estériles hasta el momento de su uso. Como todos los métodos de limpieza en caliente, no puede dañar los materiales que componen los artículos de nuestros hijos a largo plazo.
En cuanto a los instrumentos diseñados específicamente para esterilizar chupetes, recientemente han aparecido en el mercado máquinas pequeñas y económicas que esterilizan con rayos UV.
4. Esteriliza en el microondas
A menos que esté comprando un instrumento específico para la cirugía, es útil saber que una de las formas más seguras de esterilizar el chupete de un bebé es usar el horno de microondas, que probablemente tenga en casa.
¿Cómo se esteriliza un chupete en el microondas? Basta con proporcionarle contenedores especiales de esterilización, muy útiles para el transporte y mantenimiento de chupetes, biberones, extractores de leche y tetinas varias.
Una vez colocado el chupete en un recipiente con agua, colócalo en el microondas y configura el programa correcto. Por regla general, el horno microondas alcanza temperaturas muy altas en muy poco tiempo, por lo que unos pocos minutos son suficientes.
Se necesitan unos 5 minutos para que un horno de 600 vatios esterilice completamente el contenido de la bandeja de esterilización; Un horno que es el doble de potente tarda aproximadamente la mitad del tiempo.
Como todos los métodos de esterilización que utilizan agua hirviendo o vapor a temperaturas muy altas, la esterilización por microondas puede degradar o deformar ligeramente el plástico que compone la ropa del bebé con el tiempo.
También por este motivo no se recomienda esterilizar el chupete cada vez que se caiga o se toque con las manos. A menudo es suficiente mantenerlo bajo el chorro de agua y secarlo. Como se mencionó anteriormente, esterilizarlo una vez al día es suficiente para estar tranquilo.
¡Mira los materiales!
Hemos visto diferentes métodos para esterilizar chupetes de bebé, ya sea que estemos en casa y tengamos herramientas especiales, o que estemos de viaje o fuera de casa y el chupete se caiga accidentalmente al suelo.
Es útil recordar que la calidad de los objetos es fundamental para la efectividad del proceso de esterilización. Los buenos materiales son fundamentales para garantizar que nuestro bebé no entre en contacto con bacterias peligrosas, o peor aún, restos de plástico que se desprendan accidentalmente de un chupete o biberón.
Especialmente en los primeros seis meses de vida, cuando el sistema inmunológico se está desarrollando y el bebé es más vulnerable, es importante que todo lo que entre en contacto con el bebé esté bien limpio.
El mejor material para las primeras etapas de la vida es sin duda la silicona: ya no es apta para un niño cuando le salen los dientes, pero al no ser porosa aguanta muy bien los procesos de esterilización y garantiza una higiene completa.