Saltar al contenido

Los principios de un buen cuidado del Alzheimer

principios de un buen cuidado alzheimer

Cuidar a una persona con demencia requiere paciencia y capacidad de afrontamiento, pero aún más importante es conocer la enfermedad y reconocer los signos.

Cuando se habla de los cuidados, se insiste en la importancia del papel del cuidador y, al mismo tiempo, en el esfuerzo que requiere el cumplimiento de este papel.

Por desgracia, el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia se enfrenta a estas situaciones, que son complejas y difíciles de gestionar, y a veces incluso una fuente de frustración y estrés. Se necesita mucha paciencia y voluntad de adaptación, pero eso no es suficiente.

Es importante pedir ayuda y consejo al médico y a otros profesionales cuando tengamos dudas o no sepamos cómo reaccionar. Sobre todo, debemos conocer y aceptar el deterioro del cerebro y los síntomas cognitivos, pero también conductuales, que lo acompañan para poder ofrecer una buena atención a nuestros enfermos de Alzheimer.

No podemos juzgar ciertos comportamientos, no podemos insultar a los demás, pero debemos considerarlos siempre como la consecuencia de una enfermedad neurodegenerativa.

Hay ciertos principios que deben respetarse cuando se atiende a personas con la enfermedad de Alzheimer.

  • La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad del cerebro. Como sabemos que todas las decisiones y acciones se originan en el cerebro, es obvio que un mal funcionamiento de sus funciones tendrá muchas consecuencias.
  • Siempre hay que diferenciar entre el yo sano y el enfermo, adoptando una perspectiva diferente y observando el yo sano de la persona. Al analizar las situaciones desde la perspectiva de la facilitación, todos los comportamientos tienen un significado y expresan algo, necesidades o malestar.
  • La enfermedad de Alzheimer no es sinónimo de vejez. La enfermedad de Alzheimer, como todas las formas de demencia, es una enfermedad que ataca al cerebro, pero no afecta a todas las personas mayores.
  • En contra de lo que mucha gente piensa, la enfermedad de Alzheimer no significa sólo pérdida de memoria, aunque éste sea uno de los síntomas más comunes y evidentes. La enfermedad de Alzheimer es también una discapacidad física.
  • A medida que la enfermedad avanza, los síntomas empeoran y aparecen otros nuevos. A veces los cambios pueden ser muy rápidos: es importante estar preparado para ellos y acogerlos.
  • Reconocer e interpretar las “señales”, especialmente cuando la progresión de la enfermedad va acompañada de una disminución de la capacidad de comunicación y las personas tienen dificultades para expresar incluso términos sencillos o para pedir cosas que creen necesitar.
  • No actues así. En general, hay que evitar dirigirse al paciente con peticiones urgentes o en tono molesto, ya que esto puede empeorar la situación. Acciones sencillas pueden resultar complicadas o incluso imposibles para una persona con la enfermedad de Alzheimer. Y el tono con el que hablamos puede ayudarnos a hacer o no hacer una acción.
  • No te enfades. A veces es difícil no perder la paciencia, pero hay que contener la desesperación, porque hablar en un tono inadecuado o insultar a la persona con demencia no sólo es inútil, sino que conduce fácilmente a un estado de ánimo estresado, incluso agresivo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *