Un frigorífico o nevera es un electrodoméstico indispensable que está presente en todos los hogares.
Entre los principales electrodomésticos, es uno de los pocos que debe estar siempre funcionando las 24 horas del día, por lo que es muy importante evaluar el consumo energético potencial de un frigorífico antes de comprarlo. Tanto las personas mayores y ancianos, los jubilados, gente jovén, familias, casi todo el mundo hoy en día y gracias a esta crisis que vivimos sufre a la hora de pagar las facturas, entre ellas la de la luz.
Es importante saber como se puede ahorrar algo de energía con nuestra nevera o frigorifico ya que es uno de los aparatos que funciona las 24 horas del día.
Vamos a ver los factores, el cálculo de consumo, el uso correcto y varios trucos para ahorrar unos euros y saber que consume nuestra nevera.
Factores que determinan el consumo del frigorífico -nevera
En España puede haber alrededor de 25 millones de frigoríficos que funcionan todo el día y todo el año: tal vez como era de esperar, los frigoríficos consumen más del 3% de toda la electricidad consumida anualmente en el país. Pero, ¿cuánto usa un refrigerador en promedio? ¿De qué factores depende el consumo?
Ahora el frigorífico tiene una potencia mínima media de 100 vatios y una máxima de unos 300 vatios. Sin embargo, el rendimiento no es suficiente para determinar el consumo de un solo dispositivo, que también depende de factores independientes del rendimiento:
- Clase energética del dispositivo: cada dispositivo está marcado con la llamada «clase de energía»; la misma etiqueta da una estimación promedio de cuántos vatios consume ese refrigerador por año. La clase energética indica la eficiencia del dispositivo, es decir, determina su consumo en función del uso. Los electrodomésticos más eficientes se encuentran en la clase A+++, seguidos de las clases A++ y A+ hasta llegar a la clase F, esta última en cuanto a eficiencia energética.
- Tamaño del frigorífico: un frigorífico, como suele ser el caso en los hogares particulares, sólo puede tener una capacidad de 100 litros, ya que su capacidad puede superar fácilmente los 450 litros. Es bueno saber que el consumo aumenta alrededor de 10 kWh por cada 100 litros de capacidad en promedio.
- Número de puertas: Con el mismo tamaño y clase energética, un frigorífico de más de dos puertas suele consumir más energía que uno de una sola puerta. Como se verá en detalle, el consumo también puede verse influenciado por factores como la apertura de la puerta y su posición.
- Uso correcto: El frigorífico utiliza principalmente electricidad para llevar su compartimento a la temperatura adecuada de almacenamiento de alimentos (lo ideal es alrededor de 4/5 °C). Si coloca el dispositivo cerca de fuentes de calor o en condiciones particularmente calurosas, el consumo aumentará. Si la puerta del frigorífico se deja abierta durante mucho tiempo, la temperatura interna aumentará considerablemente y se necesitará más energía para alcanzar la temperatura de almacenamiento.
Clase energética y cálculo de consumo
Así hemos visto que el primer factor a tener en cuenta a la hora de determinar el consumo energético de un frigorífico es la clase energética a la que pertenece el aparato. Echemos un vistazo detallado a cuánto consume un refrigerador por año, según la clase energética.
La etiqueta de la clase de eficiencia energética también contiene un número que indica cuántos vatios consume el dispositivo en cuestión en promedio anual. Suponiendo que el coste es de 0,20 euros por 1 kWh, la situación es la siguiente:
- CLASE A++ consume una media de 166 kWh al año y cuesta solo 33 euros al año;
- CLASE A++ aumenta de 166 a 263 kWh, que se resuelve gastando de 33,2 a 52,6 euros al año;
- CLASE A+ oscila entre 263 y 344 kWh de consumo anual con costes que pueden rondar los 70 euros al año;
- CLASES A y B requieren de 300 a 400 kWh por año a un costo de 60 a 80 € por año;
- Si se desplaza por la clase de eficiencia energética, el consumo y los costos asociados aumentan significativamente y alcanzan más de 700 kWh por año, lo que se requiere para un refrigerador CLASE G. Por lo que puedes gastar hasta 150 euros al año.
La clase energética de un frigorífico puede multiplicar por cinco su consumo si la elección no es demasiado sensata; Por lo tanto, al elegir un refrigerador, se debe dar prioridad a la clase de eficiencia energética a la que pertenece el dispositivo.
Correcto uso de la nevera
El buen uso del dispositivo suele empezar con la compra: elegir la potencia que mejor se adapte a tus necesidades te ayudará a no desperdiciar energía. Por ejemplo, una nevera de 250 litros alcanza para dos, una de 100 litros o un poco más para una persona. Como hemos visto, el consumo aumenta significativamente al aumentar la capacidad de la celda. Por lo tanto, es un buen hábito tener en cuenta sus necesidades reales al realizar una compra.
Igual de importantes son la estabilidad de la temperatura y la correcta ubicación del frigorífico: el frigorífico debe colocarse a una distancia mínima de 10 centímetros de las paredes para garantizar una ventilación adecuada en el condensador trasero. También debe colocarse lejos de fuentes de calor, lo que dificulta el mantenimiento de la temperatura interna, lo que genera más trabajo y, por lo tanto, más consumo de energía.
No se recomienda introducir en el frigorífico alimentos que aún estén calientes, ya que esto puede calentar el compartimento y provocar un funcionamiento excesivo del aparato. Sin embargo, ya hemos visto que con la misma precaución se deben evitar los largos momentos frente a la puerta del frigorífico abierta. Es mejor abrir y cerrar el frigorífico rápidamente para no dispersar el frío y mantener la temperatura de la cámara lo más inalterada posible.
Llenar en exceso la nevera, si bien satisface, no favorece especialmente el uso adecuado y eficiente del aparato: cuanto más lleno está, más electricidad se necesita para mantener una temperatura de almacenamiento media.
Unos cuantos trucos más para el control del consumo
El frigorífico es uno de los pocos dispositivos que funciona las 24 horas del día y hace un trabajo constante tanto en términos de rendimiento como de consumo. Por lo tanto, el consumo no está influenciado por factores estrictamente relacionados con el uso, sino por factores relacionados con las características del dispositivo.
Por ejemplo, los llamados refrigeradores «independientes» son económicamente preferibles a los refrigeradores incorporados, que tienden a sobrecalentarse severamente debido a la mala ventilación del área del condensador. Otra precaución es elegir un modelo: hay frigoríficos de todas las formas y tamaños, desde el congelador de una puerta, hasta el familiar de dos puertas, hasta el «Puerta Francesa» que tiene 3 o 4 puertas. Como hemos visto, un frigorífico de varias puertas consume mucha más energía que uno de una sola puerta, lo que permite una temperatura interna más estable.
Para el mejor uso del frigorífico, es necesario tener en cuenta que la disposición ordenada de los productos asegura una refrigeración más uniforme y por tanto correcta: por ello es importante que nuestro frigorífico tenga una distribución interior (estantes, cajones, accesorios) que se adapte a nuestras necesidades.
Al igual que con otros electrodomésticos, el mantenimiento también juega un papel importante en la determinación de la eficiencia energética. La limpieza periódica del serpentín y los estantes del frigorífico, así como la descongelación periódica de la cámara son hábitos que te permitirán mantener el frigorífico en perfectas condiciones durante el mayor tiempo posible.
¡A cada uno lo suyo!
Después de averiguar cuánto consume el refrigerador, solo queda elegir el adecuado para nosotros. Los refrigeradores vienen en todas las formas, colores y tamaños en el mercado.
Los hay caros y elegantes y en algunos casos un frigorífico es un verdadero símbolo de estatus, pero también los hay muy baratos: recuerda que los frigoríficos de clase A+ ya están disponibles en el mercado por menos de 200 euros, solo entre los más visibles.
Está claro que más eficiencia energética requerirá un aumento de la inversión inicial que, como hemos visto, se amortizará al cabo de unos años gracias al ahorro en las facturas.
El rango de precio promedio de los refrigeradores es de alrededor de 500-700 € y, en general, deberá gastar al menos 1000 € para asegurarse de que su hogar tenga un refrigerador que se considere «alto».
Así, el frigorífico es un electrodoméstico ineludible, pero requiere un coste inicial que puede ser importante y que va asociado a un consumo constante de electricidad, cuyo análisis y control hemos visto.
¡Solo queda decidir por vuestras necesidades y elegir el frigorífico que más nos guste!
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