Una dieta adecuada es esencial para prevenir el envejecimiento celular. Una dieta equilibrada de estilo mediterráneo, rica en frutas, verduras y hortalizas, es la mejor garantía para mantener a raya el deterioro celular. Sin embargo, es importante saber que, aunque una dieta rica en antioxidantes puede mejorar la calidad de la piel y la salud general y prevenir el desarrollo de enfermedades degenerativas, no podemos esperar resultados milagrosos sólo con la dieta o los suplementos, la dieta no será la mejor forma de eliminar ciertos signos (como las arrugas, la grasa localizada o la celulitis) como una panacea.
Al igual que los alimentos ricos en antioxidantes son eficaces para prevenir el envejecimiento celular, también hay alimentos cuyos componentes generan estrés en el organismo, lo que a su vez genera radicales libres que provocan un envejecimiento prematuro. La experta recuerda que los radicales libres se producen por razones que van desde una mala alimentación hasta malos hábitos como fumar o beber alcohol, pasando por un descanso inadecuado o un exceso de ejercicio, que a veces afecta incluso a los deportistas de élite.
Para frenar el envejecimiento celular, asegurar el buen funcionamiento del organismo y mejorar el aspecto de la dermis, es importante seguir las recomendaciones del “Plato de Harvard”, una guía nutricional elaborada por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, que establece los principios básicos de una dieta saludable. El “Plato de Harvard” recomienda básicamente que el 50 por ciento de la ingesta diaria de alimentos sean frutas, verduras y hortalizas, el 25 por ciento cereales integrales, el 25 por ciento proteínas de alta calidad, con preferencia por el pescado, las legumbres y las aves de corral, y evitando las carnes procesadas. Además de estas pautas, al limitar nuestro consumo de ciertos alimentos, ayudamos a retrasar el envejecimiento celular causado por los efectos de los radicales libres.
1. Azúcar
Los alimentos con alto contenido en azúcar provocan un pico de azúcar en la sangre que puede conducir a la diabetes, sin olvidar que el exceso de azúcar puede dañar algunas de las paredes de las membranas celulares. Lo mejor es elegir un edulcorante saludable que aporte el azúcar de la fruta, como la compota de manzana o la pasta de plátano o dátiles. Es importante recordar que los azúcares presentes de forma natural en las frutas no funcionan igual que los azúcares refinados que se encuentran en la miel o el jarabe, sin embargo se recomienda evitar los batidos, ya sean industriales o naturales. Cuando tomamos batidos, eliminamos la fibra de la fruta, que es la responsable de la lenta absorción del azúcar en nuestro organismo, provocando un pico de azúcar en la sangre y provocando también estrés celular.
2. Café
Los estimulantes del café o el té aumentan el cortisol, una hormona conocida como la del estrés. El cortisol se produce de forma natural en nuestro cuerpo y se activa con la luz del sol por la mañana, haciendo que nos despertemos de nuestro letargo y nos pongamos en marcha. El cortisol es necesario porque nos mantiene activos, pero un exceso de esta hormona puede conducir a un estrés crónico, que aumenta la presencia de radicales libres en la sangre, acelerando así el envejecimiento. Por otro lado, la cafeína tiene un efecto deshidratante, que se manifiesta en la piel de las personas que la consumen en exceso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el consumo seguro de café es de 3 a 4 tazas al día, dependiendo de la concentración.
3. Alcohol
Durante mucho tiempo se ha aceptado que el alcohol es bueno para la salud porque es una fuente de antioxidantes, pero no se mencionan sus numerosos efectos nocivos y su asociación con muchas enfermedades. Entre los efectos nocivos del consumo de alcohol (el Foro Mundial para la Investigación del Cáncer afirma que una bebida al día puede estar asociada al desarrollo de siete tipos de cáncer) están sus propiedades inflamatorias. El alcohol, al igual que muchos de los alimentos procesados que consumimos habitualmente, rompe las paredes celulares y aumenta la inflamación de los tejidos, lo que puede provocar un envejecimiento prematuro.
4. Margarina y mantequilla
Los nutricionistas recomiendan no sólo evitar la mantequilla y la margarina a la hora de tostar o cocinar, sino también limitar el consumo de alimentos que las contengan en todos sus ingredientes. Son muy comunes en los productos procesados y en la bollería industrial porque contienen una grasa que, por su consistencia, hace que el alimento parezca totalmente esponjoso. Cuando consumimos aceite de oliva en su lugar, nos beneficiamos no sólo de las propiedades cardiosaludables de sus ácidos grasos, sino también de su contenido en vitamina E. Esta vitamina, junto con la C, es un antioxidante superior.
5. Pan blanco
El pan blanco, junto con el arroz, la pasta y otros productos de grano refinado, pueden provocar la inflamación de los tejidos que conduce al envejecimiento. Los expertos señalan que el proceso de refinado al que se someten estos granos elimina la cáscara, donde se encuentran la mayoría de los nutrientes, así como la fibra. Cuando compremos pan o cualquier otro grano, lo mejor es elegir siempre la variedad integral más natural. Este adagio debería aplicarse también a los cereales del desayuno: cuanto menos refinados y más naturales, mejor. Por ello, es recomendable evitar todos los productos procesados que vienen en cajas y optar por otros productos, como la avena, de la que nos beneficiaremos de la fibra y de todos los nutrientes.
6. Sal
El condimento estrella con el que tenemos una relación excesiva (los españoles consumen el doble de la cantidad recomendada, es decir, 5 gramos al día) puede ser el causante de las lesiones cutáneas provocadas por la dermatitis atópica, según un estudio alemán publicado en la revista Science. Los resultados muestran que el cloruro de sodio puede favorecer las reacciones alérgicas de la piel, como la dermatitis. Además, la Facultad de Medicina de Harvard advierte que este elemento también puede resecar nuestra piel, haciéndola aún más seca.
Según los expertos, el sodio está asociado al envejecimiento celular. La inclusión excesiva de esta especia en la dieta habitual conduce a un rápido aumento de la presión arterial, lo que provoca una disminución de la producción de colágeno, lo que conlleva un envejecimiento prematuro. Además, el sodio provoca retención de líquidos y favorece la celulitis.
7. Picante
Los alimentos muy picantes dilatan los vasos sanguíneos y hacen que se rompan. Esto conduce a una pérdida de elasticidad, tono y color natural de la piel.
8. Bebidas azucaradas
Todos sabemos que las bebidas azucaradas son malas para nuestra salud. Incluso los productos azucarados están siendo cuestionados. Y el problema no es sólo el azúcar: los niveles elevados de cafeína pueden perjudicar la calidad del sueño, lo que se asocia con el aumento de los signos intrínsecos del envejecimiento, la reducción de la función de barrera de la piel y la disminución de la satisfacción con la apariencia.
9. Patatas fritas
Ni artesanales, ni ecológicas, ni caseras. Las patatas fritas también aportan productos finales de glicación avanzada (AGE), aunque la principal razón para evitar las patatas fritas no es la acumulación de estos compuestos, sino su consumo por su baja calidad nutricional y su alto aporte energético. Este tipo de dieta se asocia a la formación excesiva de radicales libres, que pueden acortar la vida y provocar el envejecimiento prematuro de la piel.
10. Carnes procesadas y embutidos
La Organización Mundial de la Salud lo deja claro: las carnes procesadas no son buenas para la salud. En concreto, contienen aditivos proinflamatorios y también pueden dañar el colágeno de la piel (aumentando las arrugas y las líneas de expresión). También hay que tener cuidado con la preparación: No hay que pasarse con el horno, la fritura o la plancha, que señala que cocinar los alimentos a altas temperaturas o quemarlos puede producir compuestos nocivos como la acrilamida.
11. Barras y tabletas de chocolate
Las barritas de chocolate contienen cacao altamente procesado, que ha perdido la mayoría de sus ingredientes beneficiosos para la salud, como los flavonoides (antioxidantes naturales). También contienen grasas hidrogenadas, harina de baja calidad (en el caso de las galletas) y azúcar añadido. Un cóctel explosivo.
Alimentos recomendados
Las fresas, los pimientos rojos, los kiwis, los cítricos y verduras como el brócoli o las coles de Bruselas destacan por su alto contenido en vitamina C, un potente antioxidante que favorece la regeneración celular y refuerza el sistema inmunitario. Hay que intentar cambiar de mentalidad y comer siempre frutas y verduras locales y de temporada. Aunque es muy difícil ayunar de ciertos alimentos todo el año, no hay otra opción si queremos proteger la salud del planeta. Los alimentos de temporada están en su punto óptimo de maduración, por lo que contienen más nutrientes, además de ser más sabrosos y baratos. En cuanto a la ingesta de vitamina C, aconseja no apegarse demasiado a ella, sólo mantener una dieta variada y comer más productos de la huerta. La vitamina C es una de las vitaminas más fáciles de obtener a través de la dieta, y por lo general no existe una deficiencia en la población, por lo que no suele ser necesaria la administración de suplementos.