El sol es un valioso aliado para la salud de nuestro organismo: sus radiantes rayos son muy beneficiosos para la piel y todo el cuerpo e influyen positivamente en nuestro bienestar psicológico. Sin embargo, sólo un uso cuidadoso y correcto del sol puede garantizar que podamos disfrutar de estos beneficios con tranquilidad: los rayos solares pueden causar graves daños en la piel si no se protege lo suficiente.
Los rayos del sol: riesgos y beneficios
Hay tres tipos de rayos solares que llegan a la piel cuando nos exponemos al sol: UVA, UVB e infrarrojos. Cada uno de ellos aporta beneficios específicos, pero al mismo tiempo sus efectos pueden ser perjudiciales si se sobreexponen. A continuación se explican las ventajas e inconvenientes de cada tipo de radiación:
Rayos UVA
- Estimula la producción de melanina
- Provoca el envejecimiento prematuro de la piel.
- Penetran profundamente en la dermis y causan daños a largo plazo: manchas solares, sequedad, pérdida de elasticidad.
Rayos UVB
- Estimulación inmediata del bronceado
- Estimulación de la síntesis de la vitamina D
- Puede causar erupciones y quemaduras.
Rayos infrarrojos
- Proporciona una sensación de bienestar
- Disminución de la capacidad antioxidante de la piel
- Promueve la vasodilatación
Teniendo en cuenta los posibles daños que una exposición descuidada al sol puede causar en nuestra piel, todavía es posible disfrutar de los beneficios del sol con tranquilidad. Siga unas sencillas precauciones para reducir los riesgos de la exposición al sol y aprovechar al máximo nuestra principal fuente de energía.
Como cada año, cuando llegan estas fechas, conviene recordar las medidas a tomar frente a la exposición al sol. Una máxima a recordar es que la piel tiene memoria, y los excesos del sol se pueden sentir allí durante años.
A continuación se ofrecen varias pautas básicas para una exposición al sol adecuada y respetuosa con la piel.
Ten en cuenta esto estos consejos para una exposición al sol adecuada y respetuosa con la piel:
– Debe tomarse gradualmente, con la piel limpia e hidratada.
– No debe tomarse en las horas de mayor intensidad, en las horas centrales del día. Y en cualquier caso se debe utilizar una crema con factor de protección solar alto.
– Se recomienda el uso de cremas hidratantes después de la exposición al sol y si es posible con antioxidantes.
– El complemento perfecto es la comida fresca. Frutas y verduras. Y beber mucha agua.
– Sí, a pesar de todas las medidas de precaución. aparece enrojecimiento, hay que protegerlo del sol durante dos o tres días. Y si aparecen ampollas, debe consultar a un dermatólogo y en ningún caso debe tratarlas. (Si las ampollas se rompen, por lo general se inflaman).
– Si la piel se quema después de una exposición prolongada, se puede aliviar con compresas frías de manzanilla. También hay lociones calmantes en el mercado.
– No tengas la tentación de rasgar las pieles. Puede causar lesiones dolorosas si llega a zonas que aún no han sido exfoliadas. Nunca aplique alcohol en el área irritada. Si ya ha sido pelado, no te expongas al sol ni utilices protector solar en esta zona. Porque es una piel nueva que es extremadamente sensible al sol.
– Para ajustar el color cuando se ha despegado, A los pocos días podrás broncearte en pequeñas porciones y con un factor de protección solar muy alto.
– Si el color diferente es muy visible. Puedes usar una crema hidratante con color.
– Recuerda que el bronceado es el mecanismo de defensa del cuerpo. El cuerpo se protege con melanina celular para que la radiación no penetre.