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Bastón, andador o muleta, ¿cuál es la mejor ayuda para cada persona?

muletas, baston o andador cuando es recomendable cada uno

Si su movilidad se ve afectada por una enfermedad, puede necesitar dispositivos de ayuda para caminar mejor. Los bastones, muletas y andadores son dispositivos ortopédicos que nos ayudan a caminar en determinadas circunstancias. El uso de uno u otro depende de la afección o el problema que tengamos y de lo que recomiende nuestro especialista. Ambos pueden ser usados para una marcha más estable y una mejor postura.

¿Cuándo utilizar un bastón?

El bastón es un dispositivo que se recomienda en los casos en que hay problemas con las piernas, como las fracturas o después de una operación de las extremidades inferiores. Un bastón también ayuda a aliviar el dolor si tienes artrosis y te cuesta caminar con normalidad. Se trata principalmente de aliviar la articulación afectada y darle más movilidad.

Normalmente se recomienda sujetar el bastón en el lado opuesto de la pierna lesionada, pero los expertos no se ponen de acuerdo al respecto, así que haz lo que te diga tu médico.

A la hora de comprar un bastón, hay que prestar atención a la lengüeta, que debe ser cómoda y lo suficientemente ligera como para apoyar la mano con facilidad. Recomendamos añadir una almohadilla de goma en la parte inferior del bastón para que se adhiera mejor al suelo y no se desplace, lo que puede provocar la inestabilidad del usuario.

¿Cuándo utilizar un andador?

Un andador o caminador proporciona a las personas con movilidad limitada más confianza, equilibrio e independencia. Es una ayuda para mejorar el movimiento de las personas que tienen problemas de equilibrio o simplemente no se sienten seguras al caminar y necesitan una sensación de estabilidad al hacerlo.

Existen diferentes modelos de andadores: fijos o con ruedas. Estos últimos son más cómodos de usar, ya que las ruedas facilitan su desplazamiento, pero no son recomendables si se pierde fácilmente el equilibrio.

Para utilizarlo, primero hay que fijar las asas por encima del nivel de la cadera. Después hay que subirse a la silla y ponerse de pie. Tenemos que transferir nuestro peso al andador, doblar ligeramente los codos y empezar a caminar.

¿Cuando utilizar unas muletas?

En el caso de las muletas, se pueden utilizar una o dos muletas, dependiendo de la condición o las necesidades de la persona mayor con movilidad limitada.

En general, el uso de muletas está indicado después de una lesión en la pierna, cuando se necesita un poco ayuda para mantener el equilibrio o cuando la persona siente que una pierna es más débil o más dolorosa que la otra.

Las muletas deben ser lo suficientemente fuertes como para soportar el peso del cuerpo de la persona mayor y suelen ser de aluminio, ya que es un material ligero y duradero.

Consejos para usar las muletas

  • Al igual que con los bastones y los andadores, el mango de la muleta debe ajustarse a la altura del muslo más alto.
  • La parte que cubre el antebrazo debe estar entre dos y tres dedos por debajo del codo.
  • Cuando se utiliza una muleta, debe colocarse en la mano opuesta a la pierna lesionada, a menos que se especifique lo contrario. Esto anima al cuerpo a moverse de forma natural y automática. Al caminar, los brazos se mueven involuntariamente hacia delante cuando la otra pierna se mueve hacia delante. Si la muleta se colocara en el mismo lado que la pierna lesionada, sería más difícil de utilizar.
  • Si el objetivo es normalizar la marcha y descargar las piernas, se utilizan dos muletas para caminar. En este caso, las dos piernas deben caminar alternativamente, es decir, la marcha debe ser lo más normal posible y similar a la forma natural de caminar.

Requisitos y recomendaciones de seguridad para el uso de bastones, andadores o muletas

Para que las personas mayores utilicen los bastones, los andadores o las muletas de la mejor manera posible y con la mayor seguridad, es importante tener en cuenta las siguientes pautas:

  1. Mira hacia delante, no hacia abajo, al suelo o a los pies cuando camina.
  2. Utilice sillas con reposabrazos para ayudar a la persona a sentarse y levantarse.
  3. Asegúrese de que no hay obstáculos, como cables, alfombras, suelos mojados, etc., que interfieran con el movimiento seguro.
  4. Es muy importante llevar un calzado adecuado para evitar caídas. Lo mejor es usar zapatos con suela de goma, sin tacones y con la parte trasera cerrada.

 

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