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Miles de ancianos abandonados justifican a sus hijos

Ancianos abandonados

Debido a la situación económica, miles de ancianos se han quedado sin hogar en las residencias y hospitales, lo que afecta cada vez más a su estima y a sus perspectivas de vida.


Abandonados. Al igual que los animales en vacaciones. pero los ancianos en los hospitales. Internados debido a problemillas de salud y desamparados a su suerte. Es la situación horrible y verdadera que viven millares de personas de edad avanzada en nuestro país.

Al igual que en el resto del mundo, en España se ha producido un abandono de ancianos en los hospitales por la situación económica, la falta de moral y de ética. Una de las causas probables de que los ancianos defiendan esta acción de las personas que más aman es que llegan a comprender que la situación es tan dramática que para ellos es lo preferible puesto que tienen un lugar donde alimentarse y descansar.

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Una de las causas probables de que los ancianos defiendan esta acción de las personas que más aman es que llegan a comprender que la situación es tan dramática que para ellos es lo preferible puesto que tienen un lugar donde alimentarse y descansar.

Bien es cierto que hay ancianos que preferirían estar en cualquier lugar que en su casa en soledad, y sin ninguna ayuda, pero suele ser el egoísmo, el desinterés o una situación económica lamentable lo que obliga a muchos a trasladar a sus familiares a los hospitales.

La crisis económica ha provocado que numerosas familias carezcan de los medios suficientes que les permitan acoger a los ancianos en condiciones óptimas. A pesar de no tener esta responsabilidad de los hijos con sus padres, los ancianos casi siempre se justifican a sí mismos. A menudo debido a los mecanismos propios de defensa o simplemente debido a que consideran que su situación es muy buena y la solución es defenderles”

Nuestra sociedad ha cambiado. Hoy en día, el espíritu de solidaridad en la familia es cada vez menos sólido: ” Existen en la sociedad millones de personas mayores que no padecen lo que atraviesan otros miles, que debido a esta crisis se encuentran en condiciones de abandono y sin respuesta al drama de la soledad”

Hoy en día es una paradoja que los mayores sean la fuente de ingresos en una unidad familiar. Los hijos son conscientes de lo importante que son sus abuelos y por eso brindan sus ahorros desinteresadamente. Ninguna persona en su sano juicio se beneficiaría de las posibilidades económicas de sus abuelos. Sin embargo, hoy en día da la impresión de que el juicio es lo menos importante.

Miles de ancianos abandonados a su suerte

Como consecuencia de la crisis y de la falta de medios, cada vez más personas de edad avanzada permanecen desamparadas en los hospitales. Con frecuencia acuden a los centros hospitalarios por padecer pequeñas enfermedades, pero terminan ingresados por su avanzada edad o debido a que pertenecen a colectivos de riesgo.

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Cuando la enfermedad ha sido superada, los médicos deciden darlos de alta, pero descubren que sus parientes no vienen a buscarlos o simplemente que estos ancianos se encuentran en la imposibilidad de ir a ningún sitio.

Cuando una persona es admitida en un hospital, existe un procedimiento legal que puede seguirse, no obstante, para dar de alta los médicos que están indefensos ante la ley. Pueden obligar a una admisión por orden judicial acudiendo a un juzgado de guardia, pero por el contrario supone un obstáculo ya que si los familiares se niegan no se puede hacer nada. Por ejemplo, si el médico decide llevarlo a una residencia de ancianos por su cuenta, los familiares pueden denunciarlo. Es una cuestión de gran importancia porque al final todos pagamos los gastos sanitarios.

¿Entonces cómo llegamos a esta situación de abandono de nuestros ancianos?

La deserción de los ancianos y el abandono de los ancianos no son algo reciente, aunque señala que se haya incrementado con la crisis. Se puede hallar en este caso diversos perfiles. Hay gente que no tiene a nadie, los que sacan provecho de las hospitalizaciones para que sus familiares descansen y aquellos que tienen dificultades económicas y que no pueden cuidar de los ancianos.

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Los recortes en la dependencia dejan a los familiares desprovistos de recursos

La cantidad de personas que ya no reciben las ayudas por dependencia ha disminuido. Esta circunstancia, unida a la situación de crisis, ha hecho que cada vez sea más difícil para un mayor número de familias cuidar de sus ancianos.

No se trata de un asunto de familia. Hay una gran cantidad de habitantes que se encuentran en una situación de extrema pobreza, pues no tienen recursos económicos suficientes como para poder pagar la luz o la comida. Esta es una de las razones por las cual algunos deciden internar a sus familiares en un centro hospitalario, para que al menos puedan mantenerse a salvo y tener la posibilidad de alimentarse. Se trata del 99% de los casos y es imposible culparlos por esta situación.

En la actualidad, el problema radica en el hecho de que los recortes afectan a los diferentes sectores sociales. No existe ningún sistema que permita hospitalizar a estas personas en casa. Los recortes se han llevado a efecto en todos los organismos, de modo que muchísimas de las familias afectadas se hallan en situaciones de desesperación.

Las familias son muy incapaces de cuidar de estas personas de forma razonable y los responsables han de saberlo.

Asimismo, en los hospitales se dan casos de ancianos sin parientes y que, consecuentemente, no tienen a nadie que los atienda. Hay personas que son internadas con un cierto tipo de incapacidad, de manera que no son capaces de valerse por sí solas. Precisan de una persona que los atienda, y con los recortes producidos años atrás se han quedado abandonados. El problema es que los servicios públicos han sido recortados en muchas áreas y los servicios sociales no resultan suficientes. Es imposible para ellos inventar una cama inexistente o inventarse una ayuda económica inexistente. La solución de este problema depende de las comunidades.

 

 

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